Pilas con el calzoncillo

Por: Elvira

Publicado en 2009

Usted puede creer que ha conocido al hombre de su vida: le regala flores, está pendiente de usted, quiere conocer a su familia y salir con sus amigos sin que usted se lo mencione y la hace flotar en nubecitas de los cariñositos cada vez que lo ve o piensa en él.

Eso me pasó con un tipo delicioso que concocí en una fiesta de esas que uno llega por casualidad y en las que no conoce a nadie. Tuvimos un romance fugaz pero poco fogoso por culpa de una prenda nefasta. Cuando llegó la hora de la verdad y de entregarnos al placer de las carnes, se me bajó todo cuando le vi los calzoncillos negros desjetados y de corte alto que se quitó con la velocidad de la luz. Ese factor desmoralizante fue suficiete para decirle “creo que vamos muy rápido”, y acabar con ese romance que alguna vez pensé que podría prometer.

El caso es que un calzoncillo inmundo puede producir lo mismo que una chaqueta fatal o unas gafas de mal gusto puestas en momentos ridiculos. Los hay de todo tipo y para todo tipo de hombre. Desde los tímidos hasta los furiosos, acá les presentamos una pequeña muestra de lo que un calzoncillo puede decir de un hombre.

El Homero:

Es un clásico absoluto. Simple, funcional, blanco y muy básico. No quiere llamar la atención, simplemente cumplir una función. Cumple su función tan bien, que es difícil que un hombre se deshaga un Homero, por lo que estarán en su closet por centurias. Estarán roídos, su caucho desgastado y su tela estriada harán que se conviertan en una segunda dermis, y tendrán varias marcas personales que los harán únicos e intransferibles (al final de su vida útil no servirán ni siquiera de trapo para el polvo). Preferidos por los hombres de abdómenes generosos, de billetera flexible y fanáticos de las series policíacas.

El oso hormiguero:

Su corte alto hace que la trompa del oso se acentúe. Diseñado para atraer la atención de la fémina y permitir la rápida interacción con la trompa. Puede venir en colores llamativos, aunque predominan el gris ratón y el negro desteñido. En instancias hace las veces de chingue cuando se está en apuros o cuando se visita por primera vez la playa, creando un efecto traslúcido. Sufre de desgaste rápido y furioso, ensanchando la parte baja de la prenda, disminuyendo la protección y el soporte proporcionado a la trompa. Preferido por los hombres en crecimiento horizontal, de corta estatura, con grandes dotes carismáticas paracon las mujeres y de gran fervor religioso.

El Moisés:

Es inmortal y poderoso. Capaz de dividir las aguas con su imponente frente. Esta prenda exude valentía y tiene un halo de misticismo que rodea ese je ne sais quoi irresistible de quien lo porta. Es tan flexible que soporta todos los colores, estampados y alturas de cortes, que permiten engalanar las caracteristicas masculinas. El Moisés no viene con tapujos, más que cualquier otro, va directo al grano, no es tímido y siempre sabe lo que quiere. Si pudiera hablar diría algo así como uy coshita rrrrica vení p’acá y dame un beshito mamashita delishioshaaa y te doy a probar mi chicharrinshitoo mi amorrrr. Preferido por los hombres con buen pelo en el pecho, hábiles con las manos, labia convincente y billetera de dudosa procedencia.

El Jaider Villa

Es una excelente prenda para ajustar todo lo que debe estar ajustado. Ese ajuste le da confianza al macho que lo utiliza, por lo que quienes lo usan suelen gozar de cierta arrogancia como la que caracterizó al protagonista de novela Jaider Villa. He ahí su nombre (y es cierto que así lo llaman en algunos almacenes). Ciertas superpoducciones nacionales que han contado con galanes de la talla de Manolo Cardona y Diego Cadavid, se ha popularizado el uso del Jaider Villa en los jóvenes adultos colombianos, aún más que en los tiempos en que estaba en boga el desaparecido Jaider. Es por esto que el Jaider es preferido por los jóvenes con infulas de galanes, que usan la infame camiseta de cuello V profundo hasta el ombligo, jean apretado, gafa gigante LV/Armani/Christian Dior y les gustan las chicas de poblaciones pequeñas.

El boxer

Es el hippie de los calzoncillos. Se puede comparar con un mochilero maloliente, mechudo y completamente desbarajustado, que puede o haber encontrado el camino de su vida vendiendo pulseritas en cualquier aglomerado de apestosos donde transitan niñas bien que se rehúsan a ser pupis, o aquel verdadero mochilero que lleva más de un año viajando por el mundo y ya no hay jabon que le funcione. Son libres pero cochinos, y casi con seguridad tendrán más de un roto, ya que habrán estado al lado de su dueño desde su pubertad. Los boxers, más que cualquier otro calzocillo, tiene un gran valor emocional y sentimental para su dueño, por lo que les es tan difícil de deshacerse de estos (aún más que el Homero).

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